Este es un día de reflexión, de paz, de recoger nuestros corazones y ponerlo a merced de Dios para que haga su voluntad y nos llene con su bendición. De entender que este día maravilloso y religioso tiene su sentido y es el sentido de la devoción, del agradecimiento por todos aquellos que han visto y sentido sus deseos de creencias y de fe volcados a la virgen de la Altagracia como un designio de esperanza.
República Dominicana es un país caracterizado por la fe, por el amor a Dios y por ser feligreses de su iglesia, no importa si es cristiana, católica o adventista. Todos nos encontramos en el mismo punto y es seguir los pasos de la convicción para una vida más sana, más tranquila y con una enorme paz espiritual.
Por esto es que hoy debemos estar en oración, en comunicación con el salvador, dejar las fiestas, los viajes de diversión para otro momento y reflexionar porque celebramos este hermoso día en nuestro país.
Hay que dejarse llevar por las cosas que nos unen y que nos fortalecen. Este es un perfecto momento para pedirle a la virgen que obre milagros sobre nosotros, que nos ponga más en contacto con Dios y que nos colme de bendiciones.
Amén!
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